viernes, 13 de abril de 2012

Crónicas de Aventura. Página 7.

Lo que el Ojo no Ve. Parte 3

La carta que Rainus tenía en la mano le había preocupado, pero no sorprendido. Eburno era uno de los hombres más eficientes de la orden, si no había vuelto, es que sin duda, algo malo había sucedido. Sin duda, Purpurio y Auryn habían demostrado que pese a sus pequeños errores, tenía un gran potencial, pero no quería arriesgarse. Furio había despertado, parecía recuperado, quizás unos brazos fuertes y una espada afilada pudiera venirles bien, así que envió al guerrero hasta Marvalar.

Tras varios días de viaje, alcanzó la gran capital del reino. En la entrada, los guardias le comunicaron que sus compañeros habían partido hacia un pueblo cercano, llamado Castamir. Recorrió el camino de la costa, tomó el desvío a través del bosque llegando hasta el ahora, desértico pueblo. Las casas habían sido abandonadas, animales muertos por los alrededores... solamente quedaban varios sacerdotes adoradores del Hacedor quienes le indicaron el camino a seguir, debía caminar hasta Rocagris, donde llegó al final del día. Allí encontró a sus compañeros, Auryn, Purpurio y Morden quienes le contaron lo que estaba sucediendo.

Furio había pasado mucho tiempo en coma, así que no dudo en comenzar a organizar al grupo. Casi antes de que terminaran de contarle todo lo sucedido, su mente comenzó maquinar y sugirió un plan. Crear una caravana falsa utilizando a varios enfermos de Castamir para atraer a los trasgos y así poder seguirlos hasta el campamento. A la mañana siguiente, consiguieron que varios jóvenes de Castamir les ayudasen, incluso consiguieron llevar en las carretas varios cadáveres sin familia. La improvisada caravana partió desde Rocagris, caminando con lentitud y haciendo el suficiente ruido como para ser detectados, lo que no tardó en ocurrir. Varios trasgos montados en lobos surgieron de la espesura. Los jóvenes ya preparados, echaron a correr y en un abrir u cerrar de ojos, los trasgos convirtieron en cenizas la falsa caravana. Los jóvenes de Castamir pudieron huir, y Auryn, Purpurio y Furio, consiguieron seguir el rastro de los trasgos hasta la nueva ubicación del campamento.

Una vez allí, decidieron esperar y conocer los movimientos de los trasgos, necesitaban saber que hacían con las personas que secuestraban y como envenenaban a la gente. Vieron entrar y salir varias patrullas de trasgos. También vieron como cuando se aburrían, golpeaban a las personas que estaban en las jaulas. Dudaban como actuar, pero lo que el mago y el guerrero dejaron claro, es que debían de torturar a uno de esos malditos trasgos.

Durante la noche, llegó un nuevo grupo de trasgos junto con sus lobos. Separaron a 10 personas entre gritos y lamentos, les ataron entre ellas, y salieron del campamento. Los aventureros les siguieron, pero no se percataron de un trasgo que salió más tarde desde el campamento y consiguió descubrirlos y dar la voz de alarma. El mago con un hechizo durmió a los atacantes, agarraron al trasgo y se fueron tan rápido como pudieron.

Hasta sus oídos les llegó una hermosa melodía, siguieron el sonido hasta un pequeño claro donde una driada tocaba la melodía junto a un lobo, bajo un enfermo abedul. La hermosa criatura les contó que algo había hecho enfermar el anciano árbol, así como a los animales del bosque. La driada hechizó con su voz al trasgo que traía el grupo, y pudieron sacarle algo de información. Al parecer secuestraban a los humanos para llevarlos a la vieja mina en las montañas. La eminencia, un Elfo, parecía estar al mando del clan de los trasgos liderados por el Hobgobling Diente de Lobo. Al Elfo le acompañaba un Visirtaní de nombre "tenazas". El trasgo no conocía la ubicación de la vieja mina. Así que optaron por volver al monasterio de Rocagris.

Mientras volvían, se encontraron con un pequeño zorro que estaba atrapado en un cepo. El mago abrió el cepo con la ayuda de la elfa, le dió algo de comer y le bautizó al zorro con el nombre de Swift. Siguieron hacia su destino, seguidos por el pequeño zorro, Swift.

Cuando llegaron al campamento anexo a Rocagris, una pequeña niña se acercó hasta Purpurio, tras acariciar al zorro que seguía al mago, la pequeña pidió al mago que salvase a su padre, los trasgos le mantenían secuestrado, se llamaba Edgar. Purpurio, prometió a la pequeña niña que rescataría a su padre. Hablaron con la hermana Nalha y las gentes de Castamir, pero nadie conocía la vieja mina. Así que decidieron volver hasta el claro donde encontraron a la driada, de nombre Dendora para hablar con ella, pero no pudieron encontrar respuestas.

Decidieron volver a buscar el campamento de los trasgos. De camino por el bosque vieron una pequeña columna de humo que salía a unos 200 metros. Descubrieron a cuatro trasgos alrededor de una pequeña hoguera. Purpurio apuntó su ballesta con calma, Furio hizo lo propio, Auryn, la elfa, tensó su arco. El virote del mago se clavó en la yugular de uno de los trasgos que cayó desangrándose, Furio impactó en el brazo de uno de los trasgos, y Auryn simplemente le paso rozando la pierna a otro. Ante el ataque, los trasgos se levantaron e intentaron huir, el mago se lanzó a todo correr sobre uno de los trasgo aprensandole contra el suelo, Siwft, el pequeño zorro mordía el tobillo del trasgo, Furio corría gritando a los trasgos palabras de muerte y destrucción mientras atravesaba la espalda de uno de sus enemigos y Auryn disparaba su arco sin parar. En un momento tenían la situación bajo control.
parte 4

2 comentarios:

  1. Vaya, que de posts!!! ¿Últimamente habéis jugado bastante? Swift!!!

    ResponderEliminar
  2. Pues no, pero la descripción de la ultima sesión se me me a alargado más de lo debido...

    ResponderEliminar