jueves, 1 de marzo de 2012

Crónicas de Aventura. Página 5.

Lo que el Ojo no Ve. Parte 1

Llevaban diez días encerrados en la biblioteca del Enclave. Auryn, Purpurio, Morden y Frey se habían pasado los últimos días copiando libros sobre la producción de cereales por orden de Rainus. No quería que salieran a las calles de Robleda tras los últimos acontecimientos. La muerte del templario de Velex había hecho crecer los rumores, todos inciertos, sobre la Orden del Libro.

Pero por fin, Rainus levantó el castigo. Era día de mercado en Robleda. Llegaban gentes de lugares lejanos, Enanos de Moru con joyas, gemas, piezas de oro... Desde Visirtán traían telas y ropas suaves y de preciosos colores. Aunque en día de mercado, Auryn y Purpurio solían disfrutar con su amigo Furio de unas partidas al juego de dados, "Navio, capitán, tripulación", sin embargo, esta vez deberían hacerlo solos, Furio aún no estaba recuperado.

Se sentaron en una de las mesas de Los Gamos, la posada regentada por Marcus Delagua. A la partida se unieron Ravad, un visirtaní vendedor de telas que había venido al mercado, y Palin, un monaguillo de Robleda que ayudaba a limpiar la iglesia de Velex.

Purpurio y Auryn ganaron varias ronda, pero de pronto, varios templarios de Velex irrumpieron en la posada, seguidos de Hextadomarius. Agarraron de los pelos al joven Palin arrastrándolo hasta situarlo ante el Clérigo Supremo, quien en plena posada, sacó su látigo y comenzó a castigar al pobre muchacho ante la atenta mirada de los asistentes. Al finalizar, Purpurio le hizo algunos comentario sarcásticos al clérigo y sus acompañantes, pero Hextadomarius respondió a sus hombres:

-Tranquilos, ya acabaremos con ellos.


Nadie más quiso jugar con la elfa y el mago, así que decidieron volver al Enclave, no sin antes llamar "gentuza" a los presentes.

Rainus hizo llamar a Purpurio, Morden y Auryn. Estaba preocupado, Eburno había salido hacía días en un viaje hasta las lindes del Bosque Viejo, donde vivía Garth, un elfo con grandes habilidades alquímicas y una casita llena de extraños ingredientes difíciles de conseguir, pero aún no había regresado con el antídoto para Furio. Si bien, ya no era necesario el antídoto, estaba preocupado por su tardanza. Por ello mandó a los tres a buscar a Eburno. Morden, que ya conocía el lugar donde se situaba la casita de Garth, llevaría un par de palomas mensajeras, Rainus quería estar informado en la medida de lo posible.

Salieron de Robleda por la puerta Este, durante varias jornadas siguieron el camino de Sendaelfo, apenas un sendero en algunos tramos. Apesar de los aullidos de los lobos durante la noche, no tuvieron ningún contratiempo, hasta que se acercaron al Bosque de las Arañas. Desconocían si había sido el constructor del camino quien lo había arrimado demasiado al bosque, o había sido el propio bosque el que con el paso de los años, había ido acercándose al camino. Desde una colina pudieron ver como el camino se unía a las lindes del bosque, por lo que decidieron caminar campo a través separándose del camino, pero aún así, no consiguieron alejarse demasiado del bosque, y unas grandes arañas salieron en su busca, pero consiguieron huir.

Finalmente llegaron hasta el hogar del elfo Garth. Seguramente había sido una bonita casita alejada de la civilización, pero cuando llegaron, la casa estaba totalmente calcinada. Junto a ella, los cuerpos de varios trasgos también calcinados junto a un árbol, ante la entrada, otro trasgo convertido en piedra, y un poco más alejados, los cadáveres de otros tantos trasgos con aparentes signos de quemaduras por rayos eléctricos. Entre ellos, encontraron una nota con un extraño símbolo, un ojo atravesado por una daga, en la que solo pudieron leer: "Capturar vivo... Ruta hacia Marvalar."

Morden envió una paloma al Enclave comunicando el descubrimiento, así como que tomarían la ruta hacia la capital del reino, Marvalar, esperando encontrar a Eburno. La ruta hacia Marvalar seguía paralela al rio El Draco. Tras varias jornadas sin incidentes, llegaron a la Fortaleza del Vado donde pudieron comprar raciones de viaje y dormir en una buena cama. A la mañana siguiente siguieron su viaje sin descubrir ningún indicio del paradero de Eburno ni el elfo Garth, hasta que llegaron a la grandiosa capital, Marvalar. Parte 2

3 comentarios:

  1. Genial. No había tenido oportunidad de agradecerte este trabajo realizado, con estas sensacionales crónicas de campaña. Muchas gracias!!!

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  2. Me encanta como lo estáis narrando. Espero la segunda parte.

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  3. La verdad es que viene muy bien tenerlo escrito sobretodo cuando los jugadores pasan algún tiempo sin jugar.
    Cuando acaben la aventura tengo pensado hacer una pequeña Reseña Subjetiva, pero comento desde ahora, que se han cargado gran parte de la aventura... :(

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